LAS CAPAS DE LA ‘CEBOLLA’ DE LOS TERRENOS DEL PUNTARRÓN Y V
Por otra parte, aquí, cuando se trata de ganar elecciones, todo vale, al parecer, y no importa que una vez logrado el objetivo todo quede en ‘agua de borrajas’. Así ha ocurrido con las residencias de ancianos proyectadas. Si el ayuntamiento es incapaz de transmitir la confianza necesaria a los inversores privados, es muy difícil que se fijen en nuestro municipio para desarrollar sus proyectos empresariales. Pero peor que esto es observar que nuestros gobiernos municipales no han comprendido que lo último que quiere un empresario es verse envuelto en una disputa entre partidos políticos. Es difícil que este piense que va a sacar algún provecho de tal situación, y, al fin y al cabo, el que se está jugando el capital es él. La miopía de estos dos alcaldes quizás les impida ver su responsabilidad en el fracaso de los dos proyectos, pero su actuación al respecto no deja lugar a dudas.
Finalmente, que se haya obligado al ayuntamiento por sentencia judicial a adquirir los terrenos en el Puntarrón, una vez que conocemos los entresijos de la operación, equivale a reconocer que el interés general perseguido en este caso era inexistente –no había ninguna intención política original de dotar de un geriátrico o de aparcamientos a la zona– y que los verdaderos intereses que se perseguían eran, por un lado, el interés de los vendedores –algunos de ellos compradores interpuestos– ansiosos de realizar los beneficios de la operación y, por otro, el interés por maquillar la gestión fraudulenta de un antiguo regidor por el alcalde actual, otrora delfín y teniente de alcalde de aquel. Aquí es cuando se da el mayor fracaso de la política: cuando esta solo es un instrumento para servir intereses particulares o partidistas y el supuesto interés general perseguido queda en un segundo o tercer plano para nuestros gestores públicos. Todo esto debería ser suficiente para que el alcalde renuncie a su cargo.
Pero esto no va a ocurrir porque los acuerdos implícitos con la alternancia en el gobierno de los dos partidos que nos han gobernado les obliga a no tirar nunca de la manta y mantener la impunidad de aquellos actores políticos que han metido la pata. Un pacto de silencio que se traduce en un‘hoy por ti y mañana por mí’. Prueba de ello es que el PP, cuando gobernó, se limitó a intentar anular el convenio; no exigió ninguna responsabilidad a Diego Cervantes por su sucia y perniciosa jugada. Entonces no emprendió ninguna acción contra él y ahora pasa de hurtadillas ante el anuncio de apertura del aparcamiento sabiendo, como sabe, lo que aquí se está contando, y todo ello a costa de dejar que el Gobierno de Juan Jesús Moreno se eche las flores a la vez que arraiga entre los vecinos su falso discurso sobre el logro obtenido para el Puntarrón.
José Ángel exconcejal de IU en el ayuntamiento y actual secretario de finanzas de IU-Verdes Mula.