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AGRICULTURA-GANADERIA ARTESANAL Y ORGÁNICA (AGAO) PEQUEÑA-GRAN HERRAMIENTA PARA DINAMIZAR EL DESARROLLO LOCAL Y CONTRARRESTAR EL CAMBIO CLIMÁTICO.

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Este artículo forma parte de nuestra revista Nro 37 recién editada.

Seguimos 

En este articulo voy a mostrar como la agricultura y ganadería orgánica artesanal (AGAO,) desprestigiada por el mundo desarrollado puede llegar a dinamizar las condiciones socio-económicas y culturales de zonas desfavorecidas como la comarca del Rio Mula, funcionando como un potente motor de desarrollo local. Además, se verá cómo resulta ser la manera más eficaz para contrarrestar el CAMBIO CLIMATICO, quizás la gran amenaza a la humanidad y el reto más grande a afrontar.

 

Una breve definición de AGAO: es la agricultura y ganadería que se practica respectando el medio ambiente, teniendo como fin mantener o aumentar la fertilidad del suelo, rescatando las practicas artesanales y locales e introduciendo nuevas técnicas más modernas como la permacultura y el pastoreo racional. Sin usar indiscriminadamente productos químicos de síntesis, favoreciendo la biodiversidad y utilizando variedades abiertas y autóctonas, produce alimentos sanos y con alto valor nutritivo. Se desarrollada en pequeña escala, con una superficie relativamente pequeña por agricultor, a menudo en el ámbito familiar, y opera a nivel local.

 

Esta actividad artesanal y local da de comer al 70% de la población mundial, el 30% restante come de lo que produce la agroindustria, cuyos productos están destinados a ser consumidos por el «mundo desarrollado», donde la cuarta parte, o más, son tirados a la basura. La actividad extractiva (recursos utilizados) de la agroindustria es la responsable principal del cambio climático, contaminación y destrucción de la naturaleza.

 

La AGAO actúa como motor y dinamizador del desarrollo local en comarcas marginales y rurales: dada su condición artesanal da trabajo a muchos microempresarios, genera mucho más empleo que una gran industria, y, además, empodera las personas con su empleo y alimento. Estimula todas las artesanías y pequeñas industrias conectadas con la agricultura como la industria conservera, bodegas y almazaras, pequeños comercios o mercados comunales, restaurantes, artesanía del esparto, del barro, etc. Ofrece un producto de alto valor añadido que contribuye a desarrollar un mercado agro-gastronómico de élite. Con estas prácticas se mantiene y mejora el paisaje y promueve el turismo rural y gastronómico. Además permite un fuerte ahorro en sanidad, siendo la calidad de sus productos el mejor preventivo y ayudante para nuestra salud. También tiene fuertes implicaciones en la descontaminación ambiental, en la reducción del consumo de agua y otros recursos, y en el ahorro de energía. Valoriza el patrimonio cultural y natural local y contrarresta el despoblamiento del mundo rural porque favorece la descentralización y mantenimiento de todos los servicios básicos para la ciudadanía como hospitales, escuelas, centros culturales, etc.

 

Después de tantas palabras bonitas me gustaría trasladar esto a la realidad de la Comarca del Rio Mula donde hay una notable tasa de paro, sobre todo juvenil, fracaso escolar, economía sumergida, y mano de obra poco especializada. Está considerada zona marginal (falta industria) y la agricultura y ganadería es una actividad predominante. Es imperativo un plan estratégico y sistémico  de desarrollo rural que, con la AGAO como eje central, logre sacar a la comarca de su papel de dormitorio (por su situación geográfica) de mano de obra poco especializada de la agricultura industrial. Primero es necesario educar a la ciudadanía, y esto lo puede hacer la administración local mediante cursos, charlas, talleres, etc., dirigidos a colegios, colectivos sociales, asociaciones y cooperativas de agricultores. También se puede facilitar el camino a los pequeños emprendedores que quieren ya empezar a andar en este sentido: con menos impuestos, con mercados o espacios comunales para los pequeños agricultores, haciendo convenios con los comedores escolares para usar estos productos en los menús, organizando ferias, promoviendo sellos de calidad geográficos, jornadas gastronómicas, involucrando restaurantes y bares de la comarca, y, sobre todo, estando convencidos y teniendo la voluntad de que es la vía justa para estructurar una economía y sociedad fuerte, independiente y libre. No hace falta montar todo el tinglado a la vez, con pequeñas iniciativas locales apoyadas por el ayuntamiento y por grupos vecinales concienciados es suficiente para emprender la marcha, y poco a poco, ir avanzando. Hay un buen ejemplo en Bullas, donde un colectivo vecinal convencido y concienciado, con una predisposición y apertura de parte de la administración local, está haciendo muchas cosas. Ya hay un agricultor que puede vivir del consumo local y agricultura artesanal que sirve de catalizador para otras iniciativas, cosa impensable hasta hace muy poco tiempo en esta comarca, por no hablar de otros sitios como Asturias, País Vasco, Cataluña, Italia, Francia, y muchos otros donde ya es una realidad.

 

Otro aspecto importante de la AGAO reside en contrarrestar el cambio climático y, principalmente, el efecto invernadero o calentamiento del planeta. Parece imposible que algo tan pequeño y local pueda combatir algo tan grande y global. Ya hay muchos estudios científicos, escondidos por los poderes económicos y sus medios informativos, que avalan la idea de que la principal causa del calentamiento global es la agricultura industrial con su labranza indiscriminada, su destrucción de masa vegetal, su excesivo gasto energético, su pobreza biológica por el uso de monocultivos de variedades comerciales y sus inmensos cambios orográficos para adaptar sus cultivos a una mecanización extrema. La mayor cantidad de CO2 y metano(los mayores responsables de este fenómeno) liberados en la atmosfera se produce por algo de lo que nadie habla: la destrucción de suelo fértil y masa vegetal. Por un lado, cada vez que labramos, mineralizamos materia orgánica y liberamos carbono en la atmosfera en forma de CO2,  erosionamos y perdemos suelo fértil. Una práctica que es el padre nuestro de la agroindustria. El uso de biocidas como el glifosato libera carbono y nitrógeno en la atmosfera que estaban atrapados en los microorganismos eliminados. Por otro lado, la continua necesidad de nueva superficie fértil y el abandono de la vieja, ya estéril y desertizada, conlleva una gran pérdida de masa vegetal en forma de bosques, sabanas y praderas naturales; cuando estos son los sistemas más eficientes para captar CO2 y metano, actuando del mismo modo con el agua, que se retiene y almacena en el suelo y evita la desertificación, la muerte del suelo- acaba con la vida- en definitiva. Todo esto lleva también a la pérdida de biodiversidad, que es el indicador de la salud de un ecosistema – cuanto más simple mas débil y menos perdurable en el tiempo-.

Así que, por todos estos motivos, la AGAO, entre las actividades humanas, es la más eficaz y eficiente para contrarrestar el cambio climático porque no destruye materia orgánica, al contrario, la aumenta capturando carbono y nitrógeno, evita la desertificación por el aumento de la capacidad de almacenamiento de agua del suelo, aumenta la biodiversidad y limita la actividad extractiva de energía aprovechando al máximo la disponible en sus campos.

 

Concluyo con un juego etimológico: un humano humilde favorece una tierra rica en humus (tierra viva) que da alimentos y salud para una humanidad consciente y libre. HUMANO, HUMILDE, HUMUS y HUMANIDAD tienen las mismas raíces.

 

Cada uno que saque sus conclusiones.

 

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